Sin desperdicios
Una fortuna
contada por segundos
acumulados es la vida.
Al llanto primigenio
siguen las sonrisas
y también la euforia
de los primeros años
correteando libres
como lagartos sin escoltas.
Somos la herencia
que se consume lenta
desde la cuna hasta la tumba.
Justiciero implacable
el padre Tiempo,
no permite derroche
tampoco el exceso.
Así va la vida
como hipoteca de oro.
En el balance de los días
mejor llegar al fin
sin arrepentimientos.
©Leiby Ng
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