Herida mortal
Parecía un venado
adornada en las sienes
con flores y hojas…
Parecía una novia
echando flores al agua
Parecía feliz
esperando a mi amado…
Y era él quien hacía
círculos en el agua
quien divertido
escalaba torres
o cruzaba lagos
para que lo viera
me riera y lo aplaudiera
pero me daba miedo
que se lastimara.
¡No chilles! —me advertía.
«Las mujeres lo dañan».
Vivíamos felices
ignorando señales de muerte
Queríamos estar juntos
y juntos nos quedamos
hasta que se hizo noche
y me hirió un cazador.
Al suelo mis guirnaldas
la sangre se hizo alfombra
y me llevé conmigo
las perlas de sus lágrimas.
©Leibi Ng
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