A VECES
A veces
uno se abstiene
cuando los hilos del títere que somos
(herencia de los desheredados)
se hace visible.
A veces
vale más el llanto silencioso
que la denuncia abierta.
A veces
el deseo de separar al par en la contienda
se vuelve inútil
ante el atizamiento de la multitud.
A veces
lo que parece un bien
es un regalo de maldad.
A veces
los designios del odio
impulsan la tercera ola.
©Leibi Ng
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