LA GUERRA Y LA AMBICIÓN


Hace mil años que está saliendo el sol
iluminando a todos por igual
desde que Abel fue muerto por Caín
la sangre brota como una maldición.

A veces, por un trozo de metal
otras por tierra o para enmudecer;
el ser humano lo tiene en su interior:
ángel y diablo, dolor y placer.

Y lo peor es cuando el poderoso
quiere sumar riquezas al tesoro:
viola fronteras, ciudades, colonias...

En nombre de la paz invaden naciones
claman derechos que no corresponden...
Demonios sueltos son: la guerra y la ambición.
© Leibi Ng

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