Par de dagas


Del luminoso roce del espejo
reflejo de azogue y esmeralda
temblor de la ironía
lo indescriptible asoma
casi abismo.

Con mi miedo sesgado, doblemente,
abro la puerta mía, destinada;
las otras, ya cerradas
con los siete pecados capitales
en otra dimensión húmeda y clara
subyacen sin cerrojos.

Y he de elegir por dos:
diáfano umbral de la inquietud
con toda certidumbre
no te puedes marchar
sin dejar huellas...
No después de clavarme par de dagas…

©Leibi Ng

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