Mujer
Ozana Zaika |
Hoy te detienes cansada, recostada en la montaña
mira así con desaliento la hierba en tus sandalias.
Huyes del conflicto, aplastada por las dudas
y los malos entendidos.
La indiferencia que lega personalidad al destino.
Pasiva, rutinaria, irresoluta, anulada por terceros…
Tórnate andrógina ya. Regresa al rayo de Zeus.
Asume el papel del ángel, que has nacido para ello.
Escala hacia el horizonte, escancia lo espiritual
viértelo en agua o en vino. Haz de la salud, destino.
Todo está escrito. Todo es misterio.
Fatalidad vivida en lo imprevisto.
Eres vida en la carne procreada
destinada a florecer en muchas más.
Tenlo siempre presente:
donde haya guerra, tú llevas paz;
donde haya heridas, haces cicatrizar la carne;
donde hay dolor, tú lo alivias…
donde hay desierto, brotas como alfaguara.
Pon atención a tu ser porque tu serenidad
no es pasiva ni comprada.
Concentrada, reitera si es preciso,
el calculado impulso que te cambia.
Eso que creías yerto, no es más que tolerancia sin criterio.
Tú no estás agotada, solo concilias
concentras, estipulas y recuperas fuerzas.
Aún despistada, sobre nubes, el mal no causas
pues no reside en ti perversidad.
Álzate sobre lo humano y sus misterios
tú cuidas como quien respira
y nadas como un pez en la templanza.
Desde el centro de ti, brota la fuente
recobra la esperanza y mantén viva
la vida en tus entrañas.
©Leibi Ng
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