SINFONÍA
Él inundó mi cuerpo de sabores extraños.
aromas de otro mundo, texturas encontradas...
Alborotó escenarios, los colores, los ruidos;
de pronto noche en día, con luceros y luna.
Trajo al hoy el pasado reviviendo fantasmas.
Desparramó mis joyas sobre toda la cama
y a mis pies puso un monte de enigmas y silencios.
Misterio consumado de dios echado en tierra
cargaba en las espaldas los dolores del mundo.
Como Sísifo andaba subiendo cuesta arriba
desde la propia cuna con amores frustrados.
Me mojaba la piel con rumores del alba
Susurraba canciones como quien raspa pailas
de dulces entrañables, pegados a las carnes.
Domesticó el paisaje de surcos en mi frente
con títulos de libros y sinfonías salvajes.
Él viajó hacia la tierra del misterio y la sombra
y duerme en la montaña de piedras milenarias.
Yo, convertida en lluvia, sigo como una gota
en un surco de llanto al hollar sus pisadas.
©Leibi Ng
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