SEÑALES
Será la mano de Dios
o el vaho de la lengua de Buda
que insiste en mantener los labios cerrados
por eso aparece la barba de viejo en los árboles de Constanza
y una bolsa amarilla resiste el viento sobre el cristal de tu ventana.
El dolor de la pierna izquierda reflejado en una copa de agua
las joyas perdidas en el interior de un taxi
los recuerdos calcinados en dos ciudades...
Queda la réplica a la apertura de los sentidos:
se mostrará lo invisible
lo peculiar llevará a la reflexión de un colibrí suspendido
y signos de admiración que no cierran
contrariando las reglas.
Lo simultáneo, lo paralelo, la soledad enigmática...
¡Mentira!
Y es que tocas con tus dedos
la residencia de su Alma.
Percibes en este viaje
los colores del deseo
de decisión revestidos.
©Leibi Ng
o el vaho de la lengua de Buda
que insiste en mantener los labios cerrados
por eso aparece la barba de viejo en los árboles de Constanza
y una bolsa amarilla resiste el viento sobre el cristal de tu ventana.
El dolor de la pierna izquierda reflejado en una copa de agua
las joyas perdidas en el interior de un taxi
los recuerdos calcinados en dos ciudades...
Queda la réplica a la apertura de los sentidos:
se mostrará lo invisible
lo peculiar llevará a la reflexión de un colibrí suspendido
y signos de admiración que no cierran
contrariando las reglas.
Lo simultáneo, lo paralelo, la soledad enigmática...
¡Mentira!
Y es que tocas con tus dedos
la residencia de su Alma.
Percibes en este viaje
los colores del deseo
de decisión revestidos.
©Leibi Ng
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