LA COSA BONITA



"Es increíble la cantidad de cosas
que nos enseñaron a no entender". Oscar Wilde 

Por las paredes, la vida
crea sospechosos relieves:
sinuosos, rectos, rugosos,
lisos… siempre caprichosos.

Los susurros ¿de termitas?
Tuertos laberintos.
ocultos, perversos.
Ladrillos fijados
con grises cementos.
Las estalagmitas,
las estalactitas
Maderos que crujen,
mordientes, serrados...
Abajo es arriba,
en lo profundo vibra.
Aquí es el silencio de una vida rota.
Adentro, tapiada, es la sangre presa.

Sobre papel inventada
se erigió entre las columnas
con un lápiz y una escuadra.
Arquitectos, ingenieros,
obreros que sin ver planos
se expanden hacia lo ancho
sobre las bases, hondas peanas:
Agujeros como tumbas
son maderos traspasados
crucificando el vacío
con clavos atravesados.

Habitante solitaria,
convirtió a la mujer libre
en su presa de confianza.
De la noche a la mañana
con el humo del cigarro
letra a letra la define
letra a letra la amortaja.

Ella deambula sonámbula
sin saber que en sus entrañas
late vida y está sola
pero su mente la engaña.

Los ciegos viven sin ver
se aferran a las texturas
a las grietas, las fisuras,
arabescos en paredes
columnas falsas, dinteles
puerta hacia ninguna parte
que poco a poco le absorben
el tacto, la sangre, el habla…

Así, de día, ella escribe.
Así, de noche, ella vaga.
Así, quienquiera que venga
ha de pagar con su miedo
el más extraño alquiler
de habitar lo ya ocupado.

Soy yo la dueña y señora
de estas paredes malditas
si quieres, vives conmigo,
de lo contrario, te marchas.

Es de día y en la casa
sólo se escucha el teclado
de la escritora que muere
por la criatura que mata.

©Leibi Ng

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