Minúsculo abatido





En la medida en que me alejo
su voz disuelvo en nada.
El sonido ya no creado
hoy se le escapa al aire.
y su esencia no tiene características:
ninguna cualidad de amor y su homicidio.
Ni luz ni visión.
Ni sabiduría, ni salvación...
Las palabras
eran tan plenas, tan diosas,
tan esenciales las vocales…
Ahora no tiene aroma el nombre
ya no resuena su vibrato.
La lucha de contrarios ha cesado
y ya no hay yin ni yang;
ni es soluble en el éter
su hueco sin acción.
Mis dedos juegan como antes jugaban
y mi propia voz ya no se acerca a la que fue.
El eros ya no es llama. 
Extinta la pasión, muerta la flama,
sucumbe ante el soplido sin alas
de la boca de un dios sin nombre.
Es irreal, no vida.
Ni fuerza, ni duración, ni trascendencia.
Ya no tiene poder.
Se extingue como un minúsculo abatido punto de polvo.


Lo que antes fue pavesa, ceniza es.

©Leibi Ng

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