POEMA INCONCLUSO (de Luis Carvajal)
Sin saberlo tus ojos,
o tu Alma, más bien,
montada en mi silencio,
regresó tu mirada.
En un suspiro quedo
desmintió la llovizna,
ahuyentó soledades,
se pobló de humedades.
En cada madrugada
me bebo tu llovizna,
duermo sobre el mutismo,
desarmo la nostalgia
te vuelvo del revés.
Para siempre profano
tus ideas más secretas.
Por inercia desmienten
tus temblores mis manos.
Gritan desesperados
tu más honda emoción,
tus verdades mas ciertas,
tu gemido más ancho…
Enterrada la tarde
en tu siempre sonrisa
se volvió madrugada
más allá del perdón.
Desde entonces sucumbe
tu fantasma espejado
en la enterrada espera
de dioses y el ayer.
© Luis Carvajal Nuñez y Leibi Ng
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