Sí, no


Desde esta ínsula ardiente
donde la llovizna asedia,
crece el bambú silente.

Arremete hacia arriba siempre
verde y filosa, vegetal espada
que nunca ha prometido
lo que no puede cumplir.

Cercenaron sus esbeltos ahuecados cuerpos
pero bastaron las lluvias de mayo
para que a lo ancho decidiera crecer...

Maravilla que a los ojos se expande
protege con su follaje el rincón
donde los escarabajos hacen el amor.

Sólo yo me atormento en la dialéctica del ser
afirmarme y negarme continuamente
como si no supiera que arriba me esperan.

©Leibi Ng

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