De febrero a mayo



No digo de estaciones que transcurren.
Hablo del implacable avance de las horas.
De no poder fijar los ojos en la primavera
y saber que el invierno golpea con crudeza.
De las muescas del tiempo sobre nuestros huesos.

Tal vez fue el otoño que nos dejó desnudos
mirándonos las ramas enlazadas.
Las cuatro estaciones,
los cuatro elementos,
los cuatro puntos cardinales,
en estos cuatro meses multiplicados
que nos encuentran sumando en lugar de días, años
presos del conocimiento y las desilusiones...

y sin embargo el calor de tu mano sigue sobre la mía
en este tránsito del reencuentro intenso
como amantes que danzan en verano.

©Leibi Ng

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