Hola y adiós



Christian Schloe

El 15 de noviembre arribó el barco.
Atracó en su melena de bolero
Y todo el mar Caribe fue escenario
de aquel Amor entero.

Faltando poco para Noche Buena
Se besaron debajo de la higuera;
charamicos, venados y linternas corrieron
calle abajo para verlos.

En medio de la cena se miraron
traspasando secretos milenarios:
Era China Imperial en primavera
y un príncipe del Sur apenas dibujado.

Enero hizo su arribo, pequeñito.
Amor no tenía ropa, ni resguardo.
Nicolás ni los Reyes guardaban sus listados.
Desamparado y solo fue encontrado.

Había crecido tanto de repente
que se volvió gigante entre la gente.
Entonces los pies empezaron a atarle
Y él como Gulliver miraba divertido
Hasta que se dio cuenta del sentido
que de zeppelín querían endilgarle.
¿Un fenómeno yo? ¡Dónde se ha visto?
Sin mucho esfuerzo se quitó las sogas...

...y al mar se dirigió con su velero.
Se sumergió tranquilo entre las olas
dejándolo en las rocas que lamían
los encajes de sal del agua fría,
¡era tan pequeñito!

Le dijo adiós y se montó en las alas
de una fuerte gaviota que pasaba
amparado en toda su envergadura.

Le dijo adiós al barco en la melena.
Le dijo adiós al mar y a su bolero.
Le dijo adiós y otra vez como siempre
Amor fue a renacer en alma nueva.

©Leibi Ng

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