Almendro en flor
a orillas de ese río caudaloso
íbamos tú y yo,
ricos de pueblo,
amándonos
del agua en los reflejos.
Y éramos tú y yo
en todos los trinos de mirlos,
en hojas de olmos y sauces,
en paredones y montículos...
Fuimos dos para siempre
en ese instante
de libre cauce.
Naturaleza y paz fluyendo audaces
sobre el entarimado de hojas secas
y ramas ofrendadas
bajo el arrullo de agua.
Los patos en la rivera iban, van,
sin repetir la ruta, sin cansarse
Ni abejas ni zancudos,
ni abejorros ni hormigas...
Sólo flores nevadas
de rosa delicado
y tu risa en la mía,
tus ojos sobre mí,
y yo ciega de vida.
Sólo franca ilusión
de dos enamorados
Sólo la imagen muda
de un sueño allí atrapado
que emerge cual cadáver entre lilas
cuando el cauce ha bajado.
© Leibi Ng
Comentarios
Publicar un comentario