Yo, la hembra
YO, LA HEMBRA
De mi esencia
yo la hembra
me preparé a
reducirme cual
fantasma,
orillada a
cuidar casas como ama
de huecas llaves,
metal chato donde pernoctó
el poder de mis entrañas.
Abrí todo, menos cuartos prohibidos.
Supe todo e ignoré amor escondido.
Eduqué en alguna edad hasta al hijo
de la amante de mi marido.
Yo, la hembra
amaestrada para servir el café
hacer mandados y oler
(como avanzadilla de un ejército)
vapores perturbadores del olfato
de mi amo y señor.
Extermino -cloro en mano-
la amenaza de mi amado. Cuidé cuevas.
Yo, la hembra, adiestrada
para decir conveniencias,
dejé de ser resignada
cuando me goberné yo.
Ya no hay padre,
ni marido,
ni un hermano
ni el amante
ni institución
que decida por mí misma
sobre mi vida y mi honor.
Seré una, libre y cierta.
La que ahora te consuela sin cobrarte
la factura emocional que sé te aterra.
La que primero que amar, aprende a amarse.
La que envuelta en autoestima puede darte
la certeza de una vida sin chantajes,
donde obtengas, más que un cuerpo
mis ideas, mis palabras, mis caricias
y el apoyo y la lealtad más que gigantes.
© Leibi Ng
magnificent submit, very informative. I wonder why the other specialists of
ResponderBorrarthis sector don't realize this. You must proceed your writing. I'm confident, you've a huge readers' base already!
Also see my site :: senseo
Gracias por tu lección de femeneidad, con estos versos limpios y conmovedores.
ResponderBorrarMuchas gracias, Señora Máquina de hacer cafés. Me encantaría tener una así!
ResponderBorrarRoberto, un honor tu visita. Agradecida recibo tus palabras.
ResponderBorrar