Hora
A ti que no perdonas, a mí que no lo olvido.
Cada sesenta minutos, tuyos sesenta segundos son.
Intensos, afilados se clavan
garganta adentro.
Se hunden en mis sesos;
raíz de madreselva
en ruinas centenarias.
Son sesenta segundos de reintegro:
se repite tu voz,
regurgito palabras;
la broma infantil se vuelve infamia
Tus palabras se agrandan
y yo me hago pequeña.
Vibran mis carnes
de sonido plenas
y hasta versos evoco tras tu eco.
Cincuenta y un suspiros.
Nueve angustias y la afiebrada afrenta
coronada de alfileres potstraumáticos.
IN FER NO
A VER NO
Rojos mis ojos suman
desencuentros
y no recuerdo ni una sola razón
que me sostenga.
Salvaje.
Descomunal.
Insalvable.
Distancia de por medio
sedientos nos mantiene
rabiosos en la fuente
hidrofóbicos, contrarios y oponentes.
A media asta mis párpados mongólicos
saturados de vida se enlutecen.
Ruge mi voz.
Se rompe un cauce camino a mi garganta
Me estalla el grito interior
y en sesenta nudos
sesenta dentelladas
fermenta la mentira abierta que me espera
al darme cuenta de que mi remedio
es la causa mortal de mi futuro.
© Leibi Ng.
Hermoso poema, un placer.
ResponderBorrarsi te gusta la poesía, la palabra inédita te invito a mis blogs.
que el nuevo año te llene de paz y felicidad.
¡¡Feliz año 2013!!
Saludos.
¡Gracias! ¡Feliz Año Nuevo con salud, dicha y prosperidad a plenitud! ¡Ya te sigo!
ResponderBorrarBello!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
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