Inapresable


A E. siempre a E.

Impedida de andar por las veredas
florecientes de rojas amapolas
me conformo con emplumar los sueños
y darle alas al hecho imaginado.

Sucedíanse las horas y los días
mientras mi alma se empeñaba, sola
en desear, pedir, ansiar la vida toda
en una mezcla fiel, vital y embriagadora.

Desee con tanto ardor que me quisieras
que una noche llegaste hasta mi alcoba
a estamparme la prueba de tu afecto
-fugaz pero inmortal-, prueba de facto

y desde aquella noche no he podido
librarme del aroma inapresable
de tu boca en la mía hechas de aire.

©Leibi Ng

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