Cuadriga
Mi alegría, mi llanto, mi vida, la nobleza |
Uno en que yo misma me encontré escuchando el Universo
Otro en que tus letras se hicieron bolero.
Hoy siento lo mismo que en aquella tarde:
pulso disparado y el júbilo de la sorpresa,
mi árbol ilumina la estancia dormida.
Un árbol de vida verde, azul turquesa,
un murano frágil de belleza nueva
lo más cerca tuyo
el amor certero que cruzaba el cielo
volaba, volaba sobre un mar en calma
sonreía blanca como una gaviota
abría sus alas con su envergadura
como carta blanca
como una esperanza
aromatizaba mis noches despierta
No hacía falta lumbre, ardían tus palabras
No me alimentaba, de ti estaba llena
No había nada, nada que me hiciera falta
Ni la vulgar vida me amarraba al suelo
La cuadriga vino, piafó en mis aceras
robustos, briosos, corcovearon vivos
se inundó la calle con firmes relinchos
me monté a la grupa, me comí el desierto...
Pero volvió el ruido
mi interior de nuevo se llenó de objetos
nadé entre cacharros, estiércol, culebras...
oscura la senda, lloré en el vientre metálico
del gusano atestado rodeada de zombies.
Soledad extraviada, se llevó mi paz
angustia monstruosa, campo de batalla
¿todas las que aman beben luz y mieles
para en el patíbulo su dicha pagar?
Ah, luz, no me faltes
ahora que todo son viejos recuerdos
mi sonrisa es plena, mis sueños tranquilos,
mi andar más sereno
y mis cicatrices se olvidan adentro.
© Leibi Ng
la luz nos hace fuertes frente a la soledad,... pero a veces las que te alumbran no te calientan.
ResponderBorrar¡Amiga mía! Dulce descanso. Agradezco tu visita y anoto como un logro en el tiempo que se agota, la luz de tus ojos sobre mis palabras. Por mi parte, tengo que agradecer que hayas virado hacia la conceptualización el hogar que nos regalas a todos tus lectores pues las poesías iluminan las emociones, pero tus ideas me despejan el camino. ¡Feliz Navidad!
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